Para empezar diré una cosa, que un deporte donde el éxito depende más de la ingeniería que de la habilidad del piloto, no me parece un deporte. Es una competición de otro estilo. Una competición que seguramente merecerá la pena seguir, pero no lo llamemos deporte.
Después de ver el desenlace final del campeonato este año, creo que hay en la consecución del título de F1 una especie de moral para todos los públicos:
- McLaren: No supo gestionar su equipo, se enamoró de su niño mimado y les salió rana. Tenían al campeón del mundo y no apostaron por él.
- Hamilton: Se lo creyó, se vio superior al anterior campeón del mundo, se confió y pagó su inexperiencia. Se dejó mimar.
- Alonso: Se equivocó al cambiarse de equipo. Se marchó de un equipo donde todo iba bien, para irse a otro a ser perjudicado por las preferencias de su director. En informática se dice, si algo funciona ¿para qué cambiarlo?.
Después de ver el desenlace final del campeonato este año, creo que hay en la consecución del título de F1 una especie de moral para todos los públicos:
- McLaren: No supo gestionar su equipo, se enamoró de su niño mimado y les salió rana. Tenían al campeón del mundo y no apostaron por él.
- Hamilton: Se lo creyó, se vio superior al anterior campeón del mundo, se confió y pagó su inexperiencia. Se dejó mimar.
- Alonso: Se equivocó al cambiarse de equipo. Se marchó de un equipo donde todo iba bien, para irse a otro a ser perjudicado por las preferencias de su director. En informática se dice, si algo funciona ¿para qué cambiarlo?.
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