En el editorial de El País de hoy, hablan de la nota de los obispos, donde afirman:
No se trata de negar a los obispos su derecho a introducir sus mensajes pastorales en la vida política, sino de recordarles que, a diferencia del resto de los ciudadanos, ellos disponen de un espacio exclusivo y reservado para hacerlo: los templos.
Al editorialista de El País, le preocupa mucho que los obispos puedan expresar públicamente su opinión. Al parecer, solamente pueden expresar sus opiniones políticas dentro de las iglesias.
Al margen del contenido de la carta de los obispos, me parece absolutamente totalitaria esta postura del diario. Los obispos, expresan una opinión sobre cuál creen ellos que es la mejor opción política, y tienen todo el derecho del mundo. Negárselo sería coartar la libertad de expresión. Es igual que si decimos que un profesor solamente puede expresar sus opiniones políticas en clase, porque fuera de ella no tiene alumnos y en el terreno político "ni son profesores de nadie ni pueden reclamar estar en posesión de la verdad, si no es a costa de incurrir en el fanatismo".
Cada vez que hablan los obispos, hay duras críticas en El País, esta vez (una más) a costa de la libertad de expresión.
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